Ya han pasado más de diez años desde que el cloud computing (computación en la nube) comenzó su expansión para liderar la transformación digital de las empresas en distintos sectores. Las estrategias que las organizaciones adoptan en su viaje al cloud, pueden aportar una ventaja competitiva y conducir a un rápido crecimiento.
El uso actual del cloud
No es un secreto para nadie que el cloud computing está creciendo rápidamente y está destinado a revolucionar el mundo de los negocios. Según las previsiones de Gartner, los ingresos de los servicios en la nube en todo el mundo habrán aumentado desde los 182 mil millones en 2018, a más de 331 mil millones de dólares en 2022, lo que supone casi doblar los ingresos en menos de cinco años.
Según una encuesta de Logic Monitor, a finales de 2020, hasta el 83% del trabajo de las empresas se realizará y almacenará en la nube (cloud). Esta previsión se puede desglosar en un 41% en servicios de nube públicos, como Microsoft Azure o AWS, un 20% en nubes privadas y un 22% en plataformas de nube híbridas.
Las empresas tendemos a comprometernos con el cloud por el ahorro de costes como objetivo final, aunque no siempre este se perciba de manera inmediata. Una transformación en la nube debe tener en cuenta aspectos como las aplicaciones que serán migradas, la transformación de las políticas de la red y si la hibridación será una posibilidad.
Una de las cuestiones más importantes en el uso del cloud es la seguridad, dado el veloz aumento de las amenazas informáticas relacionadas con los datos. Actualmente, los proveedores de servicios en la nube son capaces de mantenerse al día con dichas amenazas, gracias al uso de sistemas de autenticación, de gestión de la identidad y de mecanismos de control de acceso, entre otras medidas, pero nosotros y el cliente final siempre seremos las últimas barreras y en muchas ocasiones el punto más débil, por ello es importante poner foco también en la seguridad de nuestras aplicaciones, no solo en la infraestructura que las soporta.
Los beneficios del cloud
Flexibilidad: Con las soluciones en la nube, los usuarios tenemos menos problemas con el acceso a los datos. Podemos acceder a ellos cuando los necesitamos, disponiendo un entorno de trabajo más flexible. Esto significa más eficiencia y tiempo para centrarnos en las tareas de nuestro negocio y menos en la infraestructura.
Ahorro: Adaptarse al cloud tiene un costo inicial que sin embargo podremos rentabilizar en el medio y el largo plazo. Un acceso más inmediato a los datos nos permite ahorrar tiempo –y por lo tanto dinero– en el lanzamiento de nuevos proyectos y gestión de los actuales. Y como los servicios en la nube se pueden pagar por uso, existe un riesgo mucho menor de pagar por algo que no se va a utilizar.
Movilidad: El acceso a los datos desde dispositivos móviles proporciona a los usuarios la opción de viajar y trabajar desde casi cualquier lugar, conduciendo a una mayor eficiencia y a un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Y un empleado más satisfecho es un empleado más productivo.
Escalabilidad: Con la nube, las soluciones disponibles son mucho más escalables. Mientras que un servidor local no puede ser fácilmente escalado, la escalabilidad es una característica nativa del cloud. Si se experimenta un pico en el tráfico de nuestra web o del uso de nuestra aplicación, la capacidad del cloud se puede aumentar de manera instantánea –y hasta automática–, y luego se puede volver a reducir si ya no se necesita. No es necesario que las capacidades sean permanentes y eso también se refleja en los costes.
Seguridad: Debemos preocuparnos por la seguridad de los datos que están en manos de un servidor en la nube, al igual que lo hacíamos en nuestros servidores locales. Pero las empresas de cloud están muy enfocadas en a la seguridad y los estudios han demostrado que las mayores amenazas son el robo de datos internos y el error humano, es decir, nosotros mismos. Por lo que podemos concluir que siempre que se sigan las medidas de seguridad adecuadas, la nube es generalmente un lugar más seguro que nuestro propio servidor local que está expuesto a un mayor número de riesgos.
Continuidad: Una vez nos hemos liberado de los factores limitantes de los equipos físicos, el cloud computing nos puede aportar una respuesta mucho más confiable en los peores escenarios. En el año 2020 se ha producido una importante interrupción de los negocios por diversos motivos y aquellos que cuentan con las mejores soluciones de recuperación de copias de seguridad se encuentran en una mejor situación. El diseño del cloud, incluida la redundancia, garantiza que, en caso de fallo del servidor, el acceso a los datos pueda volver a activarse de manera casi inmediata, lo cual nos garantiza una pérdida mínima de productividad.